¡Anímate a conocer tres de los destinos más antiguos y bellos de Europa! Recorre sus calles llenas de magia, inmutables ante el paso del tiempo, y saca tu versión más cultureta empapándote de historia en sus numerosos museos. ¿A qué estás esperando?
Praga, Viena y Budapest son tres de los destinos con más encanto de la vieja Europa. Conocidas como las ‘ciudades imperiales’ por su historia ligada al Imperio Austrohúngaro, estas capitales reflejan la tradición y grandeza de los imperios que en otro tiempo las gobernaron. Y hablando de tradición, ¿eres fan de la cerveza? Si la respuesta es que sí, estás de suerte, porque en Austria y República Checa, es algo que se toman bastante en serio, por algo son los países donde más se consume. ¡Prepárate para un viaje inolvidable, lleno de historia y diversión!

Budapest
Situada a orillas del azul Danubio, como la pieza de Strauss, un río que divide la capital húngara en dos grandes ciudades: Buda y Pest, en su día dos pueblos muy diferentes, pero hoy ambas conforman una de las más importantes capitales europeas.
Bonitos y enormes puentes unen ambas orillas. Eso sí, no te confíes, que por muy tentador que parezca este no es el río de tu pueblo en agosto. Si lo que quieres es darte un bañito, a los pies de la colina de Gellért, tendrás la oportunidad de hacerlo. Allí se encuentran los baños más famosos de Budapest. Sus aguas termales y saunas te quitarán el frío de un plumazo.
Prepárate para caminar porque en Budapest todo está muy a mano. Empecemos por Pest, la zona más moderna, extensa y poblada de la ciudad. Haz una parada en la famosa pastelería Auguszt Cukrászda y prueba su bizcocho Somlói, y para digerir los azucarados dulces húngaros, nada como un paseíto por la avenida Andrássy, reconocida como Patrimonio de la Humanidad. Acaba en la Plaza de los Héroes, otro lugar muy destacable. Redirijámonos ahora a orillas del río, dónde se encuentra el edificio más significativo de Pest; el Parlamento de Hungría.
Si atravesamos el magnífico puente de Széchenyi, conocido como “el puente de las cadenas”, podremos llegar a Buda. Su terreno, lleno de colinas y bosques, lo domina el espectacular Castillo de Buda, con más de siete siglos de antigüedad. Por último, pon el broche de oro a tu día y atraviesa el Mercado Central para conocer las costumbres locales en la mesa y su gastronomía más tradicional. Entre sus 180 puestos, podrás encontrar desde restaurantes y puestos de comida rápida, hasta souvenirs, fruta o cerveza.

Praga
Ten a mano tu mejor abrigo, unos buenos guantes, y una bufanda calentita, porque seguimos el recorrido, siguiente parada: Praga. Esta ciudad estuvo marcada por el reinado de Carlos IV, que además de nacer allí, la eligió como capital del Sacro Imperio Romano-Germánico en el siglo XIV. Acércate al puente que lleva su nombre e intenta dar con la simbólica primera piedra colocada por su propia mano. ¡Lleva sin moverse de allí desde 1402!
El casco antiguo de Praga, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, incluye los barrios de Hradcany, Malá Strana, Staré Mesto y Nové Mesto, que albergan la mayor parte de los monumentos y lugares de interés. Lugares como el Ayuntamiento (con su famoso reloj astronómico), la imponente iglesia gótica de Nuestra Señora de Tyn o la Plaza de Wenceslao.
Visita también la Catedral de San Vito, la Torre de la Pólvora, intenta no perder el equilibrio al ver la Casa Danzante, y por supuesto, acércate hasta el Castillo Hradcany, que esconde un gran número de obras de arte de cientos de artistas europeos. Por último, descubre por qué los checos son los mayores consumidores mundiales de cerveza. Acércate a la orilla este del río Moldava, junto al Puente de Carlos, dónde se encuentran algunos de los principales bares y pubs, y deléitate con una pinta de la famosa cerveza Pilsen.

Viena
Finalizamos esta ruta en Viena, capital de la música por excelencia. Desde Mozart a Beethoven, Schubert y Strauss. Las melodías de estos maestros viajan por cada rincón e inundan callejones y plazas, desde la Puerta de los Héroes hasta la Avenida Ringstrasse.
Justo en esta avenida podrás visitar varios de los edificios más famosos de la ciudad, como el Parlamento, el Museo de Historia del Arte y el Museo de Historia Natural, además de la Ópera Estatal de Viena.
La capital austriaca no solo es la cuna de los ‘rockstar’ de la música clásica, también fue durante siglos la morada de la Casa de Habsburgo. Si te quieres sentir un ‘royal’ y romantizar tu vida aunque sea por una tarde, date una vuelta por algunos de sus palacios, como el Belvedere o el Palacio de Schönbrunn, residencia de verano de la familia real.
Por último, si aún te quedan fuerzas, no te puedes marchar de Viena sin caminar por los pasillos del Palacio Imperial de Hofburg, el más grande de la ciudad y antigua residencia real donde emperadores como Maximiliano II se han pegado alguna juerga que otra. El palacio también albergar el museo de Sisi, cuya visita te ayudará a conectar con la trágica vida de la emperatriz.
Con una excelente oferta de hoteles que te permitirá encontrar alojamiento a buen precio y con una excelente ubicación, cerca de la zona centro para poder moverte a pie por el corazón de estas capitales europeas. No te podrás resistir. ¡Prepara tus maletas y siéntete todo un miembro de la realeza disfrutando de la belleza de las ciudades imperiales de Europa! ¡Consulta en tu agencia de viajes más cercana por sobre estos tres destinos y muchos más que ofrecemos en Tour10!
